Probablemente el mejor método es aquel que se adapta a lo que andamos buscando. No hay verdades absolutas, como afirma Alejandro Jodorowsky, la verdad es como una camisa de la que debemos deshacernos cuando ya no nos resulta útil.
No usemos afirmaciones gratuitas, evitemos los fundamentalismos, toda verdad lo es hasta cierto punto. La flexibilidad junto con unos enormes deseos de aprender son las herramientas básicas de cualquier sistema. La repetición, en cambio, puede ser uno de los peligros, igual que todo automatismo y toda simplificación abusiva.
Juan Trigo dice que no le gusta nada la palabra “educar” porque tiene demasiada similitud con la palabra “condicionar”… Prefiere la de ayudar a los hijos a valerse por sí solos, y por lo tanto dejar de transmitirles el miedo a la libertad que tantos de nosotros hemos padecido.
