Micaela:
Tengo 33 años y mi Madre hace una semana me devolvió la parte del cordón umbilical que se le queda a uno después de que se nace, no se que hacer con el, que me recomienda que haga, ya que mi madre en su momento fue posesiva e imponía sus pensamientos, se que el universo me dice algo con esto, pero no se que es????, que me recomienda. De antemano Gracias.
Respuesta de Alejandro Jodorowsky:
Querida Micaela: generalmente un terapeuta formado por mí llega a una conclusión después de pasar por lo menos 3 horas analizando el árbol genealógico de su consultante. Comprende que con unas pocas líneas es casi imposible formarse una idea de lo que pasa en tu mente. Tengo que elaborar, a partir de ínfimos detalles, lo que ha sido tu vida emocional… Tienes 33 años, la edad en que Jesucristo fue crucificado. Sólo ahora te devuelven tu cordón umbilical. Eso me hace pensar que tu madre deseaba que fueras el niño perfecto, el Cristo que la haría válida ante los ojos de su padre, tu abuelo materno. Escribes Madre, con mayúscula. Lo que indica , que desde niña, la consideraste como un arquetipo mítico, una diosa. Dices de ella que en un momento fue posesiva e imponía sus pensamientos. No imponía sus sentimientos. Vivía poseída por el intelecto paterno. Eso hizo que fracasara su matrimonio con tu padre. Padre ausente, madre invasora, posesiva. Cuando ahora te entrega el pedazo de cordón umbilical, que ha guardado 33 años, tú sientes que ella se desprende de ti. Esa libertad, te angustia. Cuando dices «No sé qué es ????» , agregas cuatro signos de interrogación. El número 4, en el Tarot, es el número del Emperador: poderosa figura paterna. El 4 siempre indica la presencia del Dios-padre: 1+2+3+4=10. 1+0= 1. ¡La unidad! Ese Dios-padre es el que te ha faltado para integrar bien tu psiquismo. Tienes que desprenderte de todos estos espejismos: nunca serás un niño perfecto, pero puedes ser una mujer sublime. Ese cordón umbilical encierra el deseo de tu madre de que fueras un hombrecito para satisfacer a tu abuelo… La tierra es el símbolo de la madre. El cielo es el símbolo del padre. En este caso la imagen de Dios-padre está unida a la imagen de tu abuelo materno. Pon tu pedazo de cordón umbilical en una pequeña caja construida por ti, con cariño. Agrégale cuatro grandes globos rojos, rellenos con gas helio, y envía esa caja hacia lo alto. Mientras se pierde en el cielo, recita, tantas veces como sea necesario: «Madre-Padre nuestro que estás en la Tierra-Cielo, deja que a mi mente acuda mi nuevo nombre, un nombre de mujer»… Si haces esto, Micaela, que es una feminización de Miguel, se disgregará y aparecerá en su lugar tu verdadero y bello nombre femenino. Envía a tu madre una tarjeta postal que diga: «Gracias. Adiós», firmada con tu nuevo nombre.