Cinco puntos básicos para ser padres conscientes

Cinco puntos básicos para ser padres conscientes

¿En qué momento ser padres? ¿Cómo hacerlo bien desde el principio? ¿Dónde está el manual de instrucciones del bebé?

¿Qué os parece que nos basemos de entrada en las siguientes pautas?

1.- Concebir a vuestro hijo con deseo, con amor, con placer y con mucha alegría. El mejor momento no tiene  tanto que ver con la edad ni con el calendario, sino con el instante en el que el ritmo de tres corazones comienzan a sincronizar la melodía del encuentro.

2.- Gestarlo atentos a procurarle una atmósfera intrauterina rica y sana. La mamá se cuidará y tomará nutrientes adecuados y ambos padres favorecerán la calma y el bienestar en el clima de la relación. La mamá comparte con el feto la misma sangre y, con ella, la química de sus emociones.

3.-Parirlo juntos de la manera más natural posible, favoreciendo que el bebé atraviese el canal del parto y construyendo un bello trabajo de colaboración entre los tres. Darle la bienvenida a este mundo con el lenguaje del calor, el contacto, las palabras y los gestos de presencia consciente.

4.-Respetarlo y amarlo tal como es. Evitar proyectar en él vuestras propias metas personales y lo libraréis todo contrato familiar de lealtad, no lo bautizaréis con nombres de ningún miembro de las familias de origen ni con los propios, ni con nombres de personajes significativos; no lo programareís para ser de tal o cual forma, no lo compararéis con nadie, no escribiréis ningún guión de vida para ese bebé que llega con su propia e insustituible misión vital.

5.-Acompañarlo en su infancia, haréis que se sienta seguro de día y de noche, cubriendo sus necesidades con amor, nombrando sus emociones, ayudándole a regularlas y canalizarlas, cuidando que aprenda a comunicarse sin violencia, valorando sus dones, favoreciendo su sociabilidad y apego a otros seres queridos, siendo modelos de comportamiento coherente a los valores transmitidos, poniendo a su alcance todos los recursos posibles para que desarrolle sus talentos y se enriquezca con los estímulos que más le motiven.

Estos puntos básicos se pueden ramificar y ampliar hasta el infinito, pero quizá el punto 0, el origen sea el más importante: Sanar e integrar nuestro propio niño interior herido, para que no sea éste el que tome las riendas de nuestras vidas y de nuestras relaciones, y menos de la relación con nuestros propios hijos.

Carmen Guerrero

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