CIEN AÑOS NO SON NADA : LA ENTREVISTA VICE CON ALEJANDRO JODOROWSKY

CIEN AÑOS NO SON NADA : LA ENTREVISTA VICE CON ALEJANDRO JODOROWSKY

POR CAMILO SALAS

Alejandro Jodorowsky escribió y dirigió clásicos del cine surrealista como La Montaña Sagrada y Santa Sangre. Él también protagonizó en Jodorowsky’s Dune, un documental que trata de la mejor película de ciencia-ficción nunca realizada. Es tarólogo, psicómago y mimo. Ha escrito obras de teatro, cómics y obras musicales. Nació en el norte de Chile, de padres Judíos Ucranianos, pero cuando joven se mudó a la capital del país, Santiago, y a sus 24 años se fue para Francia, detrás de los creadores del surrealismo. Tiempo después se mudó a México, dónde escribió y dirigió, junto con las películas sus-mencionadas, los filmes El Topo, Tusk y El Ladrón de Arcoíris – los equivalentes en 35mm a un viaje de ácido.

Jodorowsky es un profeta moderno. Todavía hoy, a sus 86 años, sigue creando filmes tan disruptivos como aquellos de los años 70. Su más reciente película, La Danza de la Realidad (2013), relata su niñez en el norte de Chile, viviendo con un padre obsesionado con matar el presidente y una madre quien canta todo lo que dice en voz de soprano. Enanos, individuos desfigurados y guías espirituales viven a la orilla del mar.

Hoy en día, Jodorowsky está en algo más moderno que mágico : Está buscando donaciones en Kickstarter para una nueva película, la segunda parte de La Danza de la Realidad, que se titulará Poesía Sin Fin y que está basada sobre el período de su vida que pasó en Santiago. Años en los que descubrió el sexo, la poesía, la adolescencia, la sociedad y la Segunda Guerra Mundial.

Fiel a él mismo, por cada dólar que donas, Jodorowsky te dará “dinero poético” que, Jodorowsky asegura, pronto valdrá mucho más de lo que vale ahora (lo cual es nada). Al momento en que se escribe esta nota, Alejandro Jodorowsky ha alcanzado su meta inicial de $350 000 USD, la cual representa aproximadamente el 10% de presupuesto estimado de la película. Su Kickstarter es, en sus palabras, una lucha contra la industria del cine.

Jodorowsky habló conmigo por Skype desde un apartamento en París, desbordando de libros y figuras místicas.

 

VICE: ¿Cómo te ha tratado París?

 

Alejandro Jodorowsky: Bueno París no trata a nadie; lo vives. París es muy tranquilo en el sentido que te permite vivir con calma. No te están molestando todo el tiempo. Estás tranquilo. Al mismo tiempo, uno vive en el mundo – uno no vive en París – vive en el mundo. Más que eso, uno vive en el cosmos.

 

¿Cómo estuvo durante las matanzas de Charlie Hebdo?

 

Bueno es una idiotez. Una cosa estúpida que no tiene razón de ser. Es estúpida porque no le sirve a nadie, ni siquiera al Islam. Están furiosos por ese par de idiotas. Es un acto fanático que no le sirve a nadie, ni al Islam ni al Occidente. Es un acto de intolerancia imbécil – eso es lo que pienso, y lo que piensan todos los demás también. Yo era amigo de Wolinski. Era una muy buena persona. Fue asesinado. No merecía ser asesinado así. Era un buen ser humano. Era un intelectual, con un muy buen sentido del humor. Es idiota matarlo así. Muy tonto.

 

Hablemos del nuevo filme, Poesía Sin Fin.

 

Llegué a él después de 22 años de lucha, tratando de hace películas anti-industriales, porqué la industria es una industria económica. Antes que nada, las películas están para hacer dinero. Es una industria económica, no artística, y más aún las películas se hacen para hacerle publicidad a los cigarrillos, al vino, a ideas políticas, a objetos diversos. Es una industria necesaria, así como un espectáculo es necesario para descargar energías. Cuando estás preocupado, vas a ver una película: Entras un idiota, descansas tu idiotez durante dos horas, y sales un idiota. Eso es el cine.

 

Yo lo veo de otra manera. Para hacer una película experimental, hacerla como poesía, como una obra de arte, primero, deshazte de la industria – es decir, hazla desaparecer. Yo tengo la intención de perder dinero – hacer arte para perder dinero, es una lástima que el arte se considera bueno cuando hace dinero. En la pintura sucede lo miso : Si ganas dinero, es bueno; si no genera dinero, es malo. Estoy cansado de las guerras idiotas. Es tan idiota como matar a caricaturistas que dibujan.

 

La industria del arte está matando el espíritu humano. Nosotros no somos así. Así que a lo largo de 22 años fui juntando lo que ganaba – muy poco gracias a la crisis económica. Todo lo que logré juntar fue un millón de dólares, no lo malgasté, metí la mitad en La Danza de la Realidad y la perdí. Fue un éxito en el mundo entero con los mejores críticos de cine, pero no hizo un centavo. El cine experimental no hace dinero. Los distribuidores ganaron algo de dinero, los dueños de las salas, eso es todo, el creador no gana nada – y después de esa experiencia decidí que tenía que realizar una segunda película, la continuación, con el medio millón restante, y empecé a buscar socios, diciéndoles, “Vamos a hacer una película para empezar a perder dinero de nuevo,” y luego se nos ocurrió hacer un Kickstarter. En Kickstarter estamos pidiendo el 10 porciento de lo que costará hacer la película, y lo hacemos también para mostrar que la gente – sobre todo los jóvenes – está harta de lo que el mundo del arte y el mundo comercial le ofrece. Creo que ellos quieren demostrar que quieren otro cine, algo más, y que quieren decir, “Lo voy a ver si doy dinero,” porque en Twitter tengo 1 060 000 seguidores. Si de ese millón de seguidores cada uno diera dos dólares, tendría dos millones de dólares, pero no, pido $350 000 para hacer el intento y ver lo que pasa. Han pasado apenas unos días y ya hemos recolectado cerca de $330 000 en donaciones.

 

Es la prueba de que la industria no ama ni la cultura ni el ser humano, y si la gente se une, juntos se pueden transformar en productores colectivos y hacer grandes películas. Eso estoy demostrando, lo que lo colectivo puede lograr. Lo lograremos – ahora es prácticamente definitivo que lo lograremos. Es muy bueno que nos unamos todos para crear el arte que queremos, la cultura que queremos, para que la industria no nos imponga una vida que no queremos.

 

Estoy muy viejo – ya tengo 86 años – ¿entonces qué me interesa? La celebridad ya no me interesa. Me interesa crear arte honesto y me interesa demostrar que se puede, que David puede luchar contra el Goliat industrial.

 

¿Que periodo de tu vida veremos en Poesía Sin Fin?¿ Es cuando dejas

Tocopilla y llegas a Santiago, correcto?

 

Tenía diez años cuando llegue a Santiago, y fue un cambio tremendo. Fue sufrimiento absoluto. Mi padre abrió una tienda en el barrio de Matucana, un barrio de la clase obrera por el cual pasaba una vía de tren. Una vez por semana, el tren atropellaba algún obrero borracho, era terrible. Ahí empecé mi vida. Fui a la escuela y fue en ese barrio donde cada noche había una pelea con cuchillo. Cosas así. Matucana era terrible. Y en este barrio de pronto descubrí una máquina de escribir y a mis 17 años comencé a escribir poemas. Y luego, un día, me volví poeta y me cambió la vida.

 

Era la Segunda Guerra Mundial en ese entonces, pero Chile no sufría por ello porque se hallaba entre las montañas y el Pacífico. Sin televisión, alejado del mundo, con mucho dinero del cobre y salitre, Chile era una fiesta continua, diariamente. El vino era más barato que la leche; a las seis de la tarde todos ya estaban borrachos. Ebriedad colectiva. Y por encima de todo, los mejores poetas estaban ahí. Teníamos dos Premios Nobel, el de Neruda y el de Mistral. Muchos poetas. Entonces en Chile había sucedido un milagro extraño: la presencia de la poesía. Los borrachos formaban coros y recitaban a Neruda. La poesía era respetada. En Chile, el ser poeta era tener una profesión: Eras poeta. No necesitabas hacer nada más. Fue un vida en la que descubrimos la libertad. Tanta actividad intelectual, emocional y sexual. Éramos jóvenes, en medio de un paraíso – eso es lo que quiero dar a ver.

 

¿No abordarás tu ida a París y luego a México?

 

Acaba cuando me voy a París. A los 24 años me fui a Francia. Esa es la tercera parte.

 

¿Harás una tercera parte?

 

La tercera parte será en París. La cuarta – si sigo vivo, porque a mi edad se muere la gente – será en México.

 

¿Cómo se relacionan estas películas con tu carrera de cineasta? ¿Interactúan con tus películas más tempranas?

 

Sí, porque estas películas explican todo lo que hice antes. La razón por la cual los personajes son enanos, son desfigurados, es porque habían desfigurados en la ciudad. En mis películas transcribo más o menos lo que viví.

Estas nuevas películas son la llave para entender lo que hice antes. Pero esa no es la razón por la cual las hago. Las hago como una continuación de mi expresión. La edad interior no existe. La edad exterior puede existir. Ves viejos tontos porque fueron tontos desde niños, y yo era un niño inteligente, entonces soy un viejo inteligente – y puedo crear.

 

La película precedente y la nueva son personales; en estas, unes al joven Alejandro con el más viejo. ¿A ti te ocurrió algo similar?

 

Cuando vives, te encuentras atrapado en medio de la vida, y es por eso que sueñas, que inventas todas estas cosas, pero poco a poco tus dientes se empiezan a caer, aparecer hemorroides, te rasca la piel, y empiezas a decir, “Bueno, de este lado tengo la vejez, y de este tengo la muerte” [posiciona cada mano de ambos lados de la cabeza]. Tengo a estas dos señoritas [indicando sus manos]. Tienes un pie en el abismo, entonces el arte que creas se vuelve mucho más personal, más profundo. Hablemos de las cosas tal como son, esta vez sin disfrazarlas.

 

Hay una escena en La Montaña Sagrada en la que el héroe transforma su excremento en oro, un tipo de analogía del dinero. ¿Qué tan importante es el dinero?

 

Es tan importante para ti como para mi, como para todos. El dinero no es la felicidad, pero en 200 años o 100 años, sin dinero no habrá felicidad, porqué es la sangre de la vida. Por un lado, es una peste, es un horror porque causa guerras – petróleo, bancos, política, religiones estafadoras. Estamos en un lío. Existen industrias que destruyen el planeta para hacer dinero, quien nos infantilizan. Todo eso. Por otro lado, el dinero te ayuda a desarrollar tu espíritu, a tener experiencia, a vivir como uno debería vivir. Es como todo: La energía atómica es mortal, o te puede dar la energía para alumbrar ciudades enteras. Todo depende de cómo emplees las cosas.

 

El dinero no es más que una energía que uno debe saber como emplear. Y lo estamos empleando mal. El dos porciento de las personas tienen casi todo, y el 98 porciento tiene muy poco. No puede ser así. Además hay muchos prejuicios morales. Nos tenemos que deshacer de todo esto, poco a poco. Y esa es la labor del artista.

 

¿Porqué creaste el dinero poético, una de las recompensas que ofreces en tu Kickstarter para la nueva película?

 

Primero, el dinero poético sí te da algo. Por muchos años yo les he dado: he escrito tuits, he hecho arte, he luchado. Han dicho que les ha servido. La psicomagia los ha sanado. Ahora den algo ustedes. Respondan. No les pido que me den todo. Sólo les pido el 10 porciento. Respondan. Aprendan a dar porque dar es entregarse y no dar es rendirse. Hagamos algo como colectivo. La gente gasta cinco dólares en un paquete de cigarrillos, pero cuando pido dos dólares para hacer una película, pegan un grito. No pueden dar. Pueden comprar. Creen que el dinero es para comprar. El dinero también es para dar. Uno debe aprender a dar.

 

Así que creé dinero poético. Si me das $20, te daré un billete de $20 inventando por mi. Dinero Poético. Pero si mi película resulta ser una obra genial, estos $20 falsos que te di van a valer $2000, porque serán una obra de arte que entrará en la cultura. Picasso dijo “Yo hago dinero.” ¿Cómo? Dijo “Dame un billete”, lo firmó y dijo: “Ahora vale diez.” Con el dinero poético estoy demostrando que no es dinero sin valor, es intención creativa, y si hago un filme que rompe barreras y que vale la pena, aquellos que se arriesgan ganarán mucho porqué va a tomar valor.

 

¿Se podrán adquirir cosas con dinero poético?

 

Más tarde sí. Lo venderás como quien vende un cuadro famoso. Primero tienes que tener fe en que no estoy loco, que el filme que voy a hacer será mejor que el último y que todos los demás que he hecho, y si es así, si rezas porque así sea, ese dinero – tu dinero poético – ve su valor aumentar de un 100 porciento.

 

Estuve leyendo tu libro, sobre el que esta película y la precedente están basadas. En el libro hablas mucho del poeta chileno Nicanor Parra y del impacto profundo que tuvo sobre ti. Parra recientemente cumplió 100 años. A ti te gustaría alcanzar esa edad y seguir haciendo películas, cómics, libros?

 

Cien años no son nada. Quiero llegar a 120.

 

Parra, mira… yo tuve un padre dominante, competitivo, joven, entonces tuve que buscar arquetipos paternales para llenar ese hueco que tenia en mí, porqué si no tienes padre, no te conoces, no haces el encuentro contigo mismo. Tienes que encontrar un padre arquetípico, y en ese entonces el que encontramos fue Parra, porque estábamos con Neruda que era genial, pero muy político, con el comunismo y el ego y sentimientos turbios y demás. Estábamos cansados, y luego llego Parra, inteligente, un poeta con sentido del humor, un cómico formidable. Se convirtió en un gurú, en nuestro guía en ese momento, y también colaboramos con él. Hicimos un diario. Para mí, Parra fue muy importante. Neruda también. Gabriela Mistral, también. Altazor [de Vicente Huidobro]. Todos estos poetas fueron mis maestros.

 

Oímos que hay un proyecto en camino para realizar una versión animada de Dune.

Si, muchas personas, Ari Folman [director de Vals con Bashir], una cantidad de gentes está interesada, entonces estamos averiguando los derechos. Sí se hará, pero se debe ver lo que pasa con los derechos de la novela. Estoy enteramente dedicado a la película que vamos a hacer, Poesía Sin Fin. Cuando esté terminada, planeo hacer Los Hijos del Topo que he querido hacer por años. Como no la he podido realizar, la estoy haciendo en forma de cómic porque encontré a un mexicano brillante, José Ladrönn. Con él estoy dibujando el primer tomo, que saldrá este año. Lo haré primero como cómic. Yo digo que el fracaso no existe, sólo el cambio de caminos. Lo que no puedes hacer en una forma de arte, lo haces en otras. Eso lo que me paso con Dune: no podía hacerla película, pero hice los cómics La Casta de los Metabarones y El Incal. Hoy se siguen publicando en Estados Unidos.
Son cómics cultos.

 

Imagínate. Eres joven. ¿Que edad tienes? ¿30?

 

Treinta y dos.

 

Eres joven y me hablas de La Montaña Sagrada, estamos hablando hoy, en 2015. ¿De qué filme de 400 millones de dólares – Avatar, etc. – puedes hablar? La hice hace 40 años, y tú me hablas de la película como si fuera nueva. Mi película ha durado cerca de media década. Los filmes industriales duran tres meses, tienen su audiencia, hacen su dinero ¿y luego qué? No te dan nada. El arte entra en la historia del arte cuando es imperecedero, cuando es honesto, cuando es realmente sano.

 

¿Cómo llegó a suceder el documental Jodorowsky’s Dune? De alguna forma fue una reapreciación de tu trabajo.

 

Sí. Yo no lo busqué. Un joven muchacho llegó queriendo filmarme. Dije “OK, pero digo lo que yo quiero.” “Sí” dijo él. Yo pensé que él estaba loco porqué estaba obsesionado con Dune. Le hablé tranquilamente. No tenía idea de que el mundo entero lo vería, y que lo discutiría con gente como lo hago ahora contigo. Dije realmente lo que pensaba. Parece que le llegó a mucha gente porque he recibido muchas reacciones en Twitter. Hablan de Dune. Les llegas. Les das un deseo de crear. Estás realmente contento con una obra de arte cuando la gente no sólo la aplaude, sino que también te da el deseo de crear algo más.

 

¿Estas películas, son actos de psicomagia personal?

 

Totalmente. No son más que psicomagia. Le digo a todos los técnicos : “Ustedes van a pensar que no sé nada de cine. Bueno, pero sé lo que quiero, y lo que quiero es sanar mi alma.” Para esto, fui a filmar a Tocopilla, porque las calles donde camine cuando era niño, están ahí, la tienda de mi padre, la plaza en la que estuve de niño… entonces me va sanar, y va sanar mis hijos, porque mi hijo interpretará el papel de mi padre, y será un shock emocional enorme para los dos. Voy a hacer que mi madre cante. Voy a humanizar a mi padre. Voy a corregir mi árbol genealógico. Es un trabajo terapéutico para mí y para todos.

 

¿Aun realizas actos psicomagicos?

 

Sí pero como me dedico a trabajar en el guion de la película ahorita no lo hago, pero generalmente, y por 30 años en un café aquí abajo, cada miércoles leía el tarot a quien viniera, gratis – porque debería ser gratis. Realicé actos de psicomagia. Lo sigo haciendo, ahora a través de Twitter. He visto niños nacer de padres que no podían tener hijos. Cosas así. Padecimientos psicológicos. Gente que se ha realizado. Es arte.

 

Para mí el arte principal es la poesía. Nací en medio de un grupo de poetas. Cuando era joven, era poeta, y sigo escribiendo. Antes de hablar contigo, estaba terminando unos 500 poemas cortos que he estado haciendo. Trabajo en poesía, y esto me da fuerza para otras cosas. Para mí, Kickstarter es poesía, porque trabajo con el espíritu de la gente, y les enseño a dar. Estoy realizando un acto psicomagico sobre todos. Es arte. La psicomagia es arte.

 

¿La anomancia es real?

 

¡Es una broma! Una broma que a la gente le gusta mucho. Se me ocurrió porque cuando estaba haciendo Dune, tenía una fotocopiadora y la gente venía y yo fotocopiaba sus manos, y me quedaba con las manos de los actores, de Dalí y otros. Fotocopiaba manos y luego dije, “¿Y qué si empiezo a fotocopiar anos? ¿Qué pasaría?” La gente siempre piensa que el tarot es para leer el futuro, pero el tarot es una prueba psicológica en el presente, entonces para burlarme de los locos que estudian el futuro, yo dije, “Voy a hacer anomancia,” que significa ver el futuro de una persona en su ano. Te sientas, hago una fotocopia de tu ano y se ve un circulo con ramas en forma de estrella. Las líneas más profundas son el pasado, las menos profundas van a ser el futuro, y si hay manchas te tienes que lavar el ano. Era una farsa, pero no te imaginas lo famosa que se ha vuelto la anomacia.

 

Tengo una copia del ano del Papa, de Obama, de grandes personalidades, la esposa de Obama, etc. ¿Porqué no? Siempre cuento la anécdota sobre [George] Harrison de los Beatles, quien quería ser el ladrón en La Montana Sagrada, y de verdad quería hacer lo. Nos reunimos en el Plaza Hotel pero me dijo “Hay una escena que no quiero hacer, es la escena en la que el Alquimista me lava el ano en una fuente, y hay un hipopótamo al lado. No quiero mostrarle mi ano a todo el mundo al lado de un hipopótamo… eso no es para mi.” Le dije, “Con el éxito que tienes, mostrar tu ano le enseñará a la juventud que no se tiene que tener un ego fuerte – hazlo.” Me dijo “No puedo” y yo respondí “Yo no puedo dejar de hacer esta escena. Me duele, considerando que si trabajas en esta película me haré millonario, pero no puedo porque para mí es esencial.” Entonces hice la escena esencial y no me hice millonario, pero hice una obra de arte que aún perdura.

 

No sé que le pasa a la gente con sus anos. Muestran sus bocas y no sus anos. Me imagino que pronto habrá cirugía estética para hacer anos fotogénicos. Va suceder muy pronto.

 

Anos dignos de ser fotografiados.

 

[Risa] También inventé una industria que no se ha hecho muy famosa: pequeños anillos para el clítoris. El momento en el que te casas con una mujer, te coloca un anillo en el dedo y tu le colocas un pequeñísimo anillo en su clítoris, frente al cura. No ha tenido mucho éxito.

 

Los músicos siempre buscan conocerte. Los influencias. De lo último que hemos sabido es tu encuentro con Kanye West. ¿Te acuerdas de ese día?

 

Fue en Nice, me vino a ver con cuatro asistentes y hablamos. Muy interesante. Primero me dijo que admiraba mi trabajo, en especial La Montaña Sagrada, y eso me conmovió – alguien como él interesado en eso. Me pareció mágico. Luego nos pusimos a conversar. Le leí el tarot y me pidió consejo para su próximo proyecto. Es muy distinto a la imagen que la gente tiene de él. He visto a gente decir que es muy arrogante, pero no, es muy humano, muy comprehensivo. Lo pasé bien con él.

 

El show en vivo que tiene ahora está basado sobre La Montaña Sagrada

Eso fue lo que me dijo.

 

¿Lo ha visto en vivo?

 

Lo he visto. Es lo que siempre he amado: Mi obra le da algo a alguien, y si funciona para ellos, vale la pena hacerlo.

 

¿Hacer películas ahora es muy diferente a hacerlas en los 60s y 70s?

 

Es lo mismo, porqué nadie quería hacer lo que yo hacía en los 70s. Para El Topo, por poco me convertía en un estafador que firmada cheques malos. La estábamos vendiendo a Estados Unidos y cada día perdía un kilo porque no la compraban. En México, casi tuvimos que tomar rehenes y exigir rescates. Fue difícil lograrlo. Ahora he perdido un millón de dólares en esta aventura. Estoy dispuesto. Uno debe ser valiente. Es como apostar sobre tu vida – lo tienes que hacer.