CHISTE
Había una vez un niño que se llamaba Calcetín. Cuando salió a la calle, se lo pusieron.
CONCIENCIA.
En cierta manera, los nombres con que nos bautizan son un límite, y nos imponen un destino. Podemos cumplir este destino o luchar con él. Conocí a una mujer que se llamaba Pura; para realizarse sexualmente tuvo que hacer esfuerzos gigantes. En los árboles genealógicos donde hay parejas José+María, reina una penuria sexual. Autodevaluación como mujer si te endilgaron un nombre masculino. Si recibes el nombre de un hermanito muerto antes que tú, tienes dificultades para ser y cargas sobre tu espalda el fantasma de ese difunto. Muchos Jesús, Cristián, Salvador, pueden morir o retirarse del mundo a los 33 años… En fin, este tema es extenso, fundamental pero imposible de resumir en pocas líneas. Aconsejo indagar sobre el nombre que nos dieron, de dónde viene, qué significa, quién lo tuvo en nuestra familia, a quién se nos pide que repitamos. Una vez hecho esto o cambiar de nombre o darle un significado diferente, exaltándolo. Por ejemplo: como mi nombre suena a alejar, cuando pronuncio, escribo o escucho Alejandro, en mi mente lo traduzco por Acercandro.
1 Comentario
-
Yo me llamo Cristina Santi. Me gustaría saber qué piensa Alejandro de esta combinación nombre-apellido.