En un aeropuerto entablé conversación con una chica que se había criado entre los aymaras, un pueblo de la zona andina de América del sur. En las pantallas de información que colgaban de las paredes junto a nuestras puertas de embarque, los datos de nuestros vuelos seguían paralizados, mientras nuestra charla se iba haciendo cada vez más dinámica. En un momento en el que Yana que así se llamaba la viajera, tenía la palabra, hizo un gesto hacia atrás con los brazos para referirse al futuro. Mi mente se encendió tocada por la chispa de la curiosidad. ¿Qué es esa forma opuesta a nuestra cultura de referirse a lo que vendrá? ¿Detrás de su espalda está el porvenir? ¿no vamos caminando hacia el futuro?
Ella me explicó con mucha naturalidad que el pasado lo tenemos por delante y nuestros ojos lo pueden ver mientras va pasando, mientras que el futuro no lo conocemos, vamos caminando hacia él a ciegas, está a nuestras espaldas. En su tierra, “nayra” quiere decir pasado y frente a la vista, y “quipa” significa futuro y atrás. Para ella ¡el pasado está por delante y el futuro por atrás!
Me pareció que esa forma de representar en palabras y gestos la conexión entre el espacio y el tiempo tenía bastante sentido: acepto no saber, acepto estar fluyendo confiando en la incertidumbre del devenir.
Nos veremos algún día, Yana… ¿quién sabe lo que nos tiene preparada la vida ahí detrás?
1 Comentario
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Hola, como estas? Que interesante!! Cuando ocurrió esto? De donde sos? Cuanto tiempo pasó de este encuentro? Género algún cambio en tu vida? Disculpe tantas preguntas, pero realmente me interesa. Gracias