«EL amor no existe», Gabriel Lumière

«EL amor no existe», Gabriel Lumière

¿Cuántas historias conocemos en el mundo, que nos hablan de “amor”? ¿Cuántas canciones, cuántos films, cuántos libros, pinturas, personas, publicidades, nos hablan de este extraño fenómeno llamado “amor”? ¿Y qué sucedería si descubrimos que el “amor” no existe?
Según una encuesta abierta que realicé en mi página personal de facebook, bajo la pregunta de ¿Qué es para vos el amor?, La mayoría de las personas han respondido una cantidad de adjetivos positivos (y en mucha menor cantidad, negativos) que van aparentemente asociados a este concepto de amor, que va muy relacionado al amor de novela, o al concepto de amor de diferentes visiones psico – espirituales. Pero, ¿realmente eso es el amor para vos?
Algunas respuestas:
Amor: libertad, compasión, comprensión, respeto, dar, transparencia, plenitud, lo opuesto al miedo.
Amor: una mierda, sufrimiento, algo que ya no queda, vulnerabilidad, desapego.
Amor: Dios, la esencia, el motor del universo, la energía más poderosa, lo es Todo.

Por ejemplo, en el diccionario encontramos estas definiciones:
Amor (nombre masculino)
1. Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.
2. Sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común.

No les parece esta (o cualquier) definición un poco… ¿limitada?
Luego de entender que el amor no es lo que me han enseñado, nunca más pude llegar conceptualizarlo de una forma satisfactoria, y ese, fue el motor de mi pregunta. Pocas personas han respondido con esta misma sensación de que es muy difícil llegar a una definición de amor, de poner en palabras, que es un lenguaje que proviene desde lo intelectual, a algo que se vive en un plano distinto, desde lo emocional, las sensaciones y el impulso.

Vivimos en un mundo, donde estamos inevitablemente inmersos en construcciones (familiares, sociales, culturales) que van moldeando nuestro psiquismo durante el desarrollo de la vida. Nos enseñan cómo deben ser las cosas, cómo se debe pensar al respecto, qué debemos sentir, que se puede (o no) desear, incluso nos enseñan lo que necesitamos para vivir. Estos pueden ser unos mecanismos invisibles que no te molesten en el caso de que lo aprehendido resuene con tu profundo ser, o puede ser muy incómodo para quien se salga de esas reglas preestablecidas. Para mucha gente, pensarse fuera de este sistema es una aberración, para otra gente, una utopía.

El tema es que el ser humano tiene la capacidad de ir moldeando su personalidad dependiendo el contexto en el que se desarrolle. Nuestro inconsciente es totalmente permeable a lo que sucede, y graba absolutamente TODO lo que percibe, aunque no lo recuerdes; es como un disco duro que se activa desde antes de nacer (cuando el cerebro ya está formado en el vientre materno), y funciona durante toda la vida. Entonces, nuestro trabajo en el crecimiento personal, tiene que ver con comenzar a identificar qué es lo que me han enseñado, y si aquello me sirve o no.

De allí que muchas de estas construcciones, dependiendo de la época y el contexto, han ido mutando, y otras no. En muchas culturas la construcción de la sexualidad es muy distinta, con respecto a lo permitido y a lo prohibido. Y lo mismo sucede con el amor, y muchísimos conceptos que nos atraviesan.

Lo cierto es que muchas veces vivimos estados internos en los que comenzamos a entrecruzar estos conceptos aprehendidos, con lo que sucede en nosotros, y esto genera una existencia incoherente, una división de fuerzas que muchas veces se vuelve algo insostenible, e insoportable, como tener al “mundo entero” en contra. Pero lo que está en contra, no es El Mundo, sino, lo que se nos enseñó que es “el mundo”, esa construcción grabada en nuestro inconsciente…

Por lo tanto, desde este lugar podemos decir que “el amor no existe” en cuanto a intentar esta conceptualización, que lo único que va a lograr es una limitación de las infinitas posibilidades de amor que puedan existir. Entonces, amor puede ser todo eso que la gente ha respondido, ¡y mucho más! Es hora que dejemos de hablar de “no me ama”, “no tengo suficiente amor”, “es falta de amor propio”, pero primero ¿qué coño es el amor? ¿de qué visión de amor estamos hablando?

El amor no (solo) es lo que nos han enseñado, ni lo que nos muestran en los medios, ni en las religiones, ni en la familia. El amor es una construcción propia, profunda, única y personal: cuanto más apertura, más compleja (o más simple).
Hacer esta apertura consciente, es dejar de catalogar y etiquetar muchas cosas, sabemos que eso es solo una necesidad de nuestro ego para sentirse cómodo, poderoso, sabio… pero hay algo más allá, aceptar la infinitud, la multiplicidad de dimensiones, de voces, de formas, nos hace más compasivos, más receptivos, más abiertos, más sensibles, algo que puede acercarse mucho a eso que llamamos “Paz”.

Existen tantas dimensiones del amor, como seres que han existido, que existen y existirán.
¿Te atreves a descubrirlas?

Gabriel Lumière

https://www.gabrielumiere.com

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