Dales estímulos, diversiones, intereses, curiosidades, actívalas con amenas conversaciones, haz cosas que te apasionen…
¿Qué le apasiona usted?
Ir al laboratorio a investigar, leer…
¿No se jubilará?
Un artista, ¿se jubila?
No.
Porque disfruta con lo que hace. Yo, igual.
¿Qué día supo que la ciencia era lo suyo?
De niño me atraía la naturaleza, sabía los nombres de las plantas del jardín, fabricaba pequeñas presas en un riachuelo, jugaba con el flujo del agua…
Eso lo hacía Leonardo, para dibujarlo…
Y desmontaba artilugios, relojes, para volver a montarlos, aunque sobrase alguna pieza…
¿Qué le decían sus padres?
Me lo permitían. Mi madre era profesora retirada, y mi padre era lechero. Un día leí un libro y una palabra del título me cautivó…
¿Qué palabra?
Cibernética.
¿Por qué le cautivó?
Me sonó muy sugerente, y así supe de la ciencia del control de los flujos de información de los sistemas, sea inteligencia biológica o artificial, del cerebro al ordenador.
¿Y eso le hizo científico?
Quise estudiar biofísica: entender los procesos cibernéticos sofisticados y complejísimos del organismo y del cerebro humano.
¿Muy diferente del de otros animales?
Básicamente son iguales. El cerebro humano tiene el córtex más grande, con más capacidad de abstracción. Y de anticipar sucesos.
Y también sabemos hablar.
El lenguaje es hijo de nuestra alta capacidad de abstracción. Y la compasión, la empatía.
¿La compasión es una función cerebral?
Sí, como las neuronas espejo, que nos impelen a imitar a nuestros congéneres, lo que facilita el aprendizaje socializador.
Nuestro cerebro es también habilísimo leyendo rostros, ¿verdad?
La concatenación de ciertas áreas cerebrales lo posibilita: miras un segundo el rostro del otro… y captas si está triste o agresivo, si te agrada o desconfías. Tu cerebro descodifica muchísima información muy rápidamente, es muy bueno en reconocimiento facial.
¿Dónde están hoy los mejores equipos en neurociencia?
En Estados Unidos. Y después en el Reino Unido, China, Alemania… y en España, también: Alicante, Sevilla… Durante un tiempo estudié en España, en la Universidad Autónoma de Madrid, e hice buenos amigos.
¿Y qué le cuentan sus colegas investigadores españoles?
Son buenos, pero carecen de recursos. Y les presionáis demasiado para que sus investigaciones tengan aplicaciones prácticas.
¿Qué consejo daría a un joven científico que lea esto?
Si ya has descubierto qué te pica más la curiosidad… ¡sigue tu pasión! Y vete donde te ayuden a desplegarla. Sea donde sea: ¡ve!
…
Extracto de una entrevista con Erwin Neher, neurocientífico, premio Nobel de Fisiología, en La Contra de La Vanguardia