PREGUNTA DE FERNANDO:
Querido Alejandro:
Soy un chico de 21 años, que hasta los 19 nunca tuvo una compañera, y ni siquiera encuentros ocasionales (nada de sexo, por lo tanto). Pero nunca me costó, esperé el momento adecuado con mucha tranquilidad, sin la obsesión por las mujeres y el sexo, tan difusa hoy en día. Al final, a los 19 años, llegó la primera chica, las primeras experiencias con una mujer, y, en consecuencia, empecé a conocer el universo femenino mucho más de cerca y descubrí el sexo. Mi problema es el siguiente: a pesar de que amo mucho a mi novia y de que estoy satisfecho con esta historia, me pregunto continuamente cómo sería una historia en compañía de otra mujer, cómo poder tener relaciones sexuales con otras mujeres; esto se ha convertido en un deseo cada vez más obsesivo, porque crea en mí una creciente insatisfacción, cada vez que me encuentro con las mujeres que en mi vida me han fascinado o cada vez que conozco a mujeres que me atraen. ¿Cómo puedo combatir esta insatisfacción, considerando que no quiero que mi historia actual se acabe?
ALEJANDRO JODOROWSKY RESPONDE:
Querido Fernando, es muy natural que un chico de 21 años se sienta atraído sexualmente por muchas mujeres. Es la energía juvenil. Si tú fuiste casto hasta los 19 y te culpabilizas ahora por tus sanos deseos, eso quiere decir que has tenido una educación guiada por una moral religiosa. Sería un error combatir la creciente insatisfacción que sientes. También sería un error no escuchar a tu parte moral que te incita a la fidelidad. Reconoce esto: vives con dos personalidades opuestas. Una es como el doctor Jekyll, la otra es como mister Hyde. No elijas ni la una ni la otra por separado. Acepta a las dos. Ciertas tardes vístete entero de rojo y sal a pasearte con la intención de seducir mujeres. Míralas dejando afluir tus deseos. Pero no las abordes. En este primer paso, aprenderás a no luchar contra tus impulsos sexuales. Luego de hacer esto, cargado de esa energía frustrada, ve a confesarte con un cura. Le mentirás diciéndole que eres un depravado que se acuesta cada día con una mujer diferente. Ruégale que te perdone en nombre de Dios. En seguida ve a ver a tu novia disfrazado de cura (sotana negra), diciéndole que has prometido a la Virgen María, de vestirte así durante tres meses. (Cada vez que visites a tu novia durante ese lapso de tiempo lo harás vestido de cura). Al cabo de tres meses, vestido con la sotana negra irás a un cabaret a bailar, tratando de seducir a las mujeres que te exciten. Si una acepta acostarse contigo así disfrazado, hazlo. Al día siguiente ve a ver a tu novia vestido de rojo y acuéstate con ella. Luego entierra la sotana junto con el traje rojo y planta sobre ellos una mata florida. Una vez realizados estos actos psicomágicos, si tu historia actual se acaba, eso no te producirá mucha pena.