Pregunta Charly:
Estimado Alejandro:
No sé muy bien por qué le escribo, ni si leerá esto alguna vez. Digamos entonces que se lo escribo al Universo…
Mi finalidad es conocerme a mí mismo, ser yo mismo, estar en mi justo lugar, desde el cual actuar para bien de toda la humanidad, encontrar mi media naranja y así crear juntos.
Nunca he tenido pareja, y la verdad es que me siento muy a gusto estando solo, podría pasarme la vida así, pero lo que me pesa es que intuyo que algo no está bien… Es como si me creyera que nado en el mar, cuando en realidad estoy nadando en una pequeña pileta. Algunas veces alcanzo a sentir los bordes, es una sensación sutil e imprecisa, pero me inquieta. Despierto por la mañana con recuerdos casi totalmente esfumados de sueños en los que visito lugares maravillosos y conozco a personas de todo tipo. A veces me asalta en plena vigilia una imagen proveniente de esos mundos que me fascinan, como recuerdos de sitios en donde uno ha estado que están ahí esperando, y entonces siento que es allí donde quisiera vivir.
Este mundo, el de la vigilia, me parece bellísimo, lleno de magia. Tan sólo lamento no conseguir llegar al mar. ¿Me puede aconsejar algo?
RESPUESTA DE ALEJANDRO JODOROWSKY:
Querido Charly:
Quisiera con toda mi alma poder ayudarte. Trataré aquí de hacerlo, pero asegurándote que no hay nada que te pueda dar aparte de indicarte el camino que puede llevarte a donde hay. ¿Qué es lo que hay? Sin saberlo, ya lo sabes. Si no fuera así ¿cómo podrías tener interés en buscar algo que no conoces? Dices no saber por qué me escribes, pero intentas comunicarte con el Universo. ¿Dónde está ese Universo? No está en ninguna parte si no está en tu interior. Es decir, que tu finalidad, al conocerte a ti mismo es conocer al Universo, a tu Dios interior. (Si eres ateo, llámale Maestro interior). Si quieres ser tú mismo, reconoces que por el momento eres lo que los otros quieren que seas, no tú. Si quieres estar en tu justo lugar, reconoces que estás lejos de ti mismo: así es, vives en tu intelecto, fuera de tu corazón y tu sexo. Llamas a la mujer «mi media naranja», lo que me revela que buscas una imagen femenina de ti mismo, una mitad y no un todo. No has tenido pareja, no la deseas, así te sientes a gusto, pero la mente te dice que algo no está bien. Para describir lo que te pasa, al decir que te sientes en una pequeña pileta, hablas como un niño. Ansías llegar al mar. El mar es símbolo de la Madre, y por otro lado del Inconsciente. Por una parte, emocionalmente estás preso de un deseo de protección maternal y por la otra, preso en la cárcel de tu intelecto. Intuyes que en tu lado oscuro, hay un vasto océano, rico en tesoros, pleno de lugares maravillosos, poblado por las diferentes facetas de tu Ser esencial. Quisieras vivir como una persona completa, racional e intuitivo al mismo tiempo, niño y adulto, en fin, como un artista capaz de crear obras llenas de magia… Esa media naranja que quieres encontrar, es la parte intuitiva, femenina de tu ser, la que, al irrumpir en tu mundo de la vigilia, te dará la capacidad de ser tú mismo, un andrógino espiritual. En cuanto a la sexualidad, digamos que por el momento, desarrollándola en la masturbación, te preparas a compartirla. A esa mujer sensual,de carne y hueso, plena de un amor que no encuentras en tu madre, no la confundas con tu arquetipo femenino, tu alma. Alma que tendrás que despertar bajando a las profundidades de tu inconsciente. ¿Qué te puedo aconsejar? Lo más rápido sería que consiguieras la dirección de un chamán, que fueras a visitarlo en la región del Amazonas y que, guiado por él, ingirieras alguna planta alucinante que te permitiera ver por fin tu mar interior. Esa experiencia te mostraría hacia donde dirigir tus esfuerzos, sin que esto por supuesto te impidiera encontrar una pareja que no sería la solución de tu vida sino más bien el comienzo de ella.