Conflicto con los animales, pregunta de Andreu:
Lo que sucede conmigo es que no puedo querer a los animales. El miedo que me inspiran solo es una parte del problema, en ellos veo reflejados la crueldad del ser humano y la imposibilidad, también me parecen sucios. Difícilmente me acerco a ellos, a pesar de que convivo con un par de tortugas y una perra pequeña (que no son del todo mías, pero que más da).
A veces me clavan la mirada durante tiempos prolongados, como si esperaran algo de mí, y eso en realidad me fastidia. Paradójicamente soy vegetariano y pienso mucho en algún día irme a vivir al campo rodeado de naturaleza, pero siempre me la termino pensando dos veces.
Respuesta de Alejandro Jodorowsky:
El mundo es lo que es, pero eso no lo podemos saber. Si podemos saber cómo es el mundo que nosotros percibimos a través de nuestros sentidos, que no es el mundo que perciben los animales. Ellos funcionan por instintos, no ven al mundo, son el mundo, por estar íntimamente mezclados a él. Nosotros los humanos, por vivir en la mitad racional de nuestro cerebro, reprimimos esa animalidad que nos obligaría a cometer actos que no deseamos cometer, sea por los influjos de una moral religiosa, o de una educación familiar, o social o cultural. Vivimos encerrados en una jaula mental, distanciados de nuestra auténtica naturaleza. Y además nos proyectamos en el mundo: vemos en él lo que nosotros somos de manera incompleta. Sería absolutamente normal, necesario, si se vive con una conciencia superior, amar al mundo mineral, al mundo vegetal y al mundo animal. Estos tres reinos forman parte de nuestra vida planetaria. Si tú Andreu no quieres a los animales, les temes y ves en ellos reflejados la crueldad y «suciedad» del ser humano, es porque en ti mismo, por problemas que deben venir de tu infancia, reprimes tus deseos destructivos y sexuales por considerarlos sucios. Tendría que seguir una terapia para ver a quién crees odiar, qué rabia reprimida cargas, qué parientes no supieron amarte y quién o quienes te hicieron sentir culpable de tu sexualidad. No eres vegetariano «paradojicamente», sino porque deseas limpiarte interiormente, escapar de tus legítimos deseos animales. Cuando , a pesar de esto, sueñas con vivir en medio de la naturaleza, expresas la necesidad de encontrarte, de vivir lo que en verdad eres y no el ser reprimido en que te convirtieron. También puedo interpretar este deseo frustrado de vivir en la naturaleza a causa de los animales, pensando que el campo es símbolo del arquetipo materno. Cuando niño hubieras querido a tu madre para ti solo, pero me atrevo a suponerlo, deben haber llegado otras personas, un padre celoso, algún amante o hermanitos, rivales que te privaron de ser el centro de interés.
Te aconsejo que hagas que te confeccionen un traje de perro y que te pasees así un día entero en tu ciudad, vayas al trabajo, al restorán, a un café, visitar a tus familiares, etc… Metido en ese disfraz trata de ver al mundo con ojos de animal. Realizada esta aventura psicomágica, lleva el disfraz a un campo y entiérralo junto a unos árboles. Es posible que esto haga que tu vida tome una dirección mas libre. Cuando dices «A veces me clavan la mirada durante tiempos prolongados, como si esperaran algo de mí, y eso en realidad me fastidia» es porque sabes, de manera inconsciente, que los animales esperan tu amor. Un amor que llevas encerrado en tu corazón, porque quieres darlo a los vegetales, tu madre, y no a ellos, los competidores. Y el más gran competidor que tienes es tú mismo. No logras amarte. Y no lo logras, porque fuiste un niño no amado. Te escribo tan largo, porque en nombre de todos los animales humanos, te digo que mereces el amor.