De niña tuve un sueño

De niña tuve un sueño

De niña, tuve un sueño en una noche de agosto. Mis piececitos nerviosos brincaron felices por el camino que se dirigía hacia él. Pero transcurrieron estaciones y emociones, voces adultas hacían eco en la caracola de mi oído derecho: “Desvíate”, “cambia de camino”… Otras, retumbaban en el izquierdo: “Es muy difícil”, “tú no podrás”… Los niños, en el fondo, son más obedientes de lo que pensamos. Mis pasos se torcieron por diferentes senderos, me perdí y olvidé mi sueño.

En una mañana de agosto, distraída, realice algo que me gratificó de manera extrema y en el suelo, de repente, pude ver las huellas de unos piececitos descalzos. Las seguí sin dudarlo, y me encontré a mí misma, en medio de mi sueño.

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La vida correcta de una mujer educada, amaestrada, no es una vida feliz.

Recuerda tu sueño infantil, y que sea a él a lo único que obedezcas.

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Carmen Guerrero en, Almanaque Sanador