Aunque me resulta interesante y curioso leer descripciones de como creemos que se comporta un planeta en retrogradación, en mi opinión, hay que tener en cuenta para qué lo queremos estudiar: ¿en un análisis de una Carta Natal? ¿para evaluar los efectos de un tránsito, una progresión, etc.?
Como todo en astrología está sujeto a la propia complejidad de esta ciencia, que, como en toda ciencia, la evaluación practica de cualquier efecto depende de cada momento y circunstancia. En efecto, una Carta Natal se compone un conjunto extraordinariamente complejo de relaciones entre elementos que se influyen entre si según una gran variedad de posiciones que precisamente provocan significados muy distintos aunque estén separados incluso por muy pocos grados. Pero en esta aportación no pretendo entrar en el análisis de planetas retrógrados en una Carta Natal, sino en el efecto de la retrogradación temporal, es decir el efecto visual que se produce durante el curso normal de un pla neta por su órbita y que estudiamos bajo el nombre de tránsitos.
La retrogradación solo es un efecto visual: nos parece que el planeta va hacia atrás en unos días y hacia adelante en otros únicamente debido a que vemos el Sistema Solar desde la Tierra, no realmente como es. Si pudiéramos situarnos desde el Sol, no existiría la retrogradación. Es por esta realidad que opino que debe relativizarse el efecto de la retrogradación, ya que el planeta esta siguiendo su mismo curso aunque nos parezca que no. Sin embargo también acepto que estamos sujetos precisamente a efectos visuales e incluso espejismos que condicionan nuestra vida, pero tal vez si nos damos cuenta de ello a lo mejor actuaremos desde un punto de vista más real dentro de nuestras capacidades de percepción. Para ello y como ejemplo, voy a tratar de abordar el fenómeno de la retrogradación con alguna indicación práctica.
El tránsito de un mismo planeta tendrá repercusiones muy diversas en una persona u otra y que pueden ir desde una bendición a un desastre, siendo idéntica la esencia interpretativa de ese mismo elemento. Volvamos al ejemplo de esta aportación: Venus retrograda desde el día 5 de Marzo, leemos en las tablas de efemérides. Como decía al principio, en mi opinión es más practico aplicar ese fenómeno en nuestra Carta Natal, es decir colocar ese tránsito de Venus retrograda en el punto de la Carta que le corresponda por su grado en el signo, concretamente desde el grado 13:08 de Aries que ocurre el día 5 de Marzo, y ver qué aspe aspectos hace con todos los planetas y casas natales.
Opino también que en astrología (como en cualquier otra ciencia adivinatoria o universitaria, por llamar de algún modo a las ciencias aceptadas oficialmente) es absolutamente necesario verificar en la realidad y con hechos comprobables lo que interpretamos, porque los peligros de la fantasía acechan a cada momento y por doquier.
Cualquier lector de esta aportación puede hacer el ejercicio que propongo y si le sirve de algo, déjeme añadir que en mi experiencia los efectos reales de la retrogradación pueden tener efectos incluso beneficiosos. Tal es la inmensa diversidad que nos caracteriza a los seres humanos cuando nos adentramos en nuestra propia individualidad. Como ejemplo, el de una consulta que realicé hace pocos días en cuya Carta Natal tenemos Venus en Leo en casa V cuadrada a Marte en Escorpio desde Casa II, responsable en la practica comprobada cotidianamente de un exceso de sensaciones pasionales que se desbordan incluso de forma violenta. Pues bien, estos días mi consultante manifestó un gesto por la contemplación de esas pasiones sin dejarse llevar por ellas y de ahi a entenderlas, como primer paso a poder controlarlas en lugar de que controlasen su vida. En otras palabras pasó de entregarse a excesos de todo tipo a recogernos en una reflexión creativa que le está viniendo muy bien.
Imagen: Juan Trigo. «Después de la consulta se me ocurrió hacer un dibujo de la percepción que tuve en algunos momentos de la consulta y que añado a esta aportación. Venus, encarnando las sensaciones, haciendo un alto en su desenfreno para dibujarlas y contemplarlas, es decir sacarlas fuera y así comprender su naturaleza para poder controlarla».
